Nunca acabamos de descubrir Vilanova de Cerveira, gastronomía, arquitectura, miradores con espectaculares vistas al río Miño, iglesias, puentes... todo un mundo infinito con un toque especial de nuestros hermanos portugueses que nos encanta.
Esta vez iniciamos un recorrido desde la ciudad hasta la montaña, nos hemos propuesto subir alto, muy alto. Nos llamó la atención desde la carretera una pequeña torre allá en la cima de una montaña y allá vamos... es el Alto da Pena.
Nos dirigimos hasta la freguesía (parroquia o barrio en portugués) de Loivo, al pueblo de Bagoada y nuestra primera parada es en el área recreativa y capilla de Nosa Sra. da Pena.
Un coqueto espacio con varias fuentes, barbacoas, mesas y bancos en piedra, una gran arboleda de pinos, robles y alcornoques, todo ello presidido por una pequeña capilla y un crucero.
Este lugar, según hemos podido averiguar, ya formaba parte de un camino de peregrinos al Convento de San Paio en el siglo XIII.
A unos pocos metros carretera arriba nos encontramos una señal, o lo que queda de ella, señalizando un mirador. Desde aquí tenemos una bonita perspectiva al tramo final del río Miño con la Isla Boega como protagonista, así como al otro lado, nuestro objetivo: la cima.
En su entrada podemos ver la señalización en madera del Trilho do Alto da Pena, una andaina que tiene aquí uno de los puntos de partida hasta el punto más alto de la Serra da Gávea, aunque también se puede realizar desde el Convento de San Paio.
Pero como nuestra ruta esta vez es en coche, descendemos un poco para coger la carretera de Cima de Vila por la falda de la montaña para coger en su último tramo una pista forestal que nos lleve hasta la cima. La pista es ancha y está en buenas condiciones puesto que da acceso a los aerogeneradores situados a lo largo del recorrido, aunque en épocas de lluvia puede hacerse un poco más difícil sobre todo si no posees un todoterreno como nosotros.
En su parte más elevada estamos a una altitud de 641 metros, siendo el punto más alto de toda la comarca. Desde aquí el Monte do Cervo, el valle del Miño, y el Puente de la Amistad, nos parecen insignificantes!
Una torre de vigilancia y un marco geodésico coronan nuestro recorrido, eso si, no me extraña que se le llame también "faro de montaña" porque me ha recordado muchísimo su estructura a los tradicionales faros que encontramos en la costa.
Y gigantes molinos nos acompañan en nuestras vistas...
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